Todos
los seres humanos poseen múltiples inteligencias que en mayor o
menor medida están asociados a diferentes estilos de aprendizaje. En
su obra Estructuras de la Mente, Howard Gardner (1987) explica que en
el ser humano existen normalmente siete tipos de inteligencias:
lingüística, lógico-matemática, musical, espacial,
kinestésico-corporal, interpersonal e intrapersonal, aunque hoy en
día se plantea la existencia de otras inteligencias como la
ecológica, la digital y la espiritual. Factores como la herencia y
el adiestramiento prematuro hacen posible que algunas personas
desarrollen un tipo de inteligencia en mayor grado en comparación
con sus congéneres; no obstante, cualquier ser humano puede
desarrollar todos los tipos de inteligencia aún cuando no sea de
manera extraordinaria.
Según
Gardner (1983), todas las inteligencias son igualmente importantes.
Sin embargo, los sistemas educativos han entronizado la inteligencia
lógico-matemática y la inteligencia lingüística hasta el punto de
dar menor importancia a las demás, pretendiendo que todos los
alumnos aprendan de la misma manera. Es decir, actualmente se enseña
de forma muy parecida al pasado, con cierto apoyo en la tecnología,
como si el mundo y las personas que transitan en él no hubieran
cambiado. Se intenta que todas aprendan los mismos contenidos,
exactamente de la misma forma y que obtengan resultados que reflejen
un buen desempeño académico (Pueyo, 1999). El/la docente se concibe
como un agente transmisor y que sus estudiantes son recipientes
vacíos que deben llenarse con sus conocimientos, cuando en realidad,
no todas las personas tienen los mismos intereses y capacidades, ni
aprenden de la misma manera.
Ante
los cambios sociales, políticos, culturales y tecnológicos de la
sociedad actual y la imposibilidad de llegar a conocerlo todo, se
requiere de una escuela centrada en el individuo. Que evaluando las
capacidades del estudiantado y las tendencias sociales, a fin de
asociarlo a determinadas áreas curriculares y los diversos modelos
de vida, para que sea capaz de trasformar la sociedad en que vive. En
tal sentido, la teoría de las inteligencias múltiples de Gardner
tiene aplicaciones importantes para la enseñanza por su propósito
esencialmente educativo y, en consecuencia, se necesita abrir
espacios para la reflexión y el diálogo permanente entre el
profesorado sobre la importancia de considerar otras formas de
manifestación de la inteligencia humana.
Actualmente
en muchos centros educativos, la enseñanza del idioma inglés limita
las posibilidades de que la educación se constituya en un aliado del
desarrollo, gracias al estimulo de las inteligencias múltiples ya
que no se toma en cuenta la multiplicidad de capacidades biológicas
y psicológicas del estudiantado
(Giorgis, 2007).
Aún a sabiendas de que la relevancia de la calidad de la educación
se basa en conocimientos, habilidades, destrezas, capacidades,
actitudes y valores, no se establecen categorías conceptuales que
permitan definir el carácter de los contenidos de enseñanza del
inglés. Esto conduce a un tipo de educación memorística que
desorienta la formación integral del estudiantado, cuyos docentes no
son capaces de establecer la relación entre sus diversas
inteligencias múltiples en su contexto social y cultural (Kaplan,
1997).
El
vocabulario que se enseñen una clase de inglés, por ejemplo, se
puede presentar de formas muy diversas para permitir al estudiantado
asimilarla, partiendo de sus capacidades y aprovechando sus puntos
fuertes. En consecuencia, una educación centrada en sólo dos tipos
de inteligencia no puede ser la más adecuada para preparar a los
estudiantes de lenguas modernas para vivir en un mundo cada vez más
complejo y globalizado.
Los
programas de enseñanza que se imparten en las escuelas dominicanas
obligan a el alumnado a concentrarse en el predominio de las
inteligencias lingüística y matemática, dando mínima importancia
a las otras posibilidades del conocimiento. Como resultado, muchos
estudiantes que no se destacan en el dominio de las inteligencias
académicas tradicionales, no se les reconoce o valora en su justa
dimensión; su aporte, se limita al ámbito cultural y social donde
pueden exhibir sus talentos. En general los profesores de Matemáticas
y Lengua Española consideran estas asignaturas como filtros porque
la sociedad actual privilegia, favorece y valoriza a algunas
inteligencias en detrimento de otras.
Ante
la complejidad de un ser humano múltiple, holístico, ilimitado en
la capacidad de expansión del cerebro, se hace necesario indagar y
analizar las implicaciones de la aplicación de estrategias
didácticas efectivas en el proceso aprendizaje-enseñanza. Esta
investigación se enfoca en un diagnóstico sobre las estrategias de
aplicación de la teoría de las inteligencias múltiples en la
enseñanza del inglés. La misma involucra a la investigadora como
única docente que imparte lenguas modernas y al profesorado y
alumnado del octavo grado del Hogar Escuela Rosa Duarte (HERD),
durante el año escolar 2010-2011.
El
bajo rendimiento de los estudiantes de octavo grado en diferentes
asignaturas básicas, así como en el estudio de las lenguas
modernas, especialmente del idioma inglés, preocupa a las
autoridades académicas del HERD y al
profesorado que imparten esas asignaturas. Con miras a aportar
soluciones adecuadas a este problema, han surgido las siguientes
preguntas de investigación: ¿Cuáles
estrategias basadas en la teoría de las inteligencias múltiples
utilizan los docentes de 8º grado para estimular el aprendizaje?
¿Cuáles de esas estrategias promueven su aprendizaje significativo?
¿De qué manera puede influir la aplicación de estrategias de la
teoría de las inteligencias múltiples en el rendimiento académico
de los estudiantes de inglés? ¿En qué medida el uso de estrategias
metodológicas adecuadas -desde la perspectiva de las inteligencias
múltiples- mejora el rendimiento académico de estos estudiantes?
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